Una Batalla Invisible: Mi Experiencia con el Cáncer de Canales Galactóforos
- Adriana Molina
- julio 18, 2024
¿Canales qué? Eso mismo le pregunté al médico aquella tarde lluviosa de abril. Se refería a los conductos mamarios, se encontraban dilatados y había un tumor debajo del pezón, ¿Revelaría esto un cáncer? Esta es la historia de cómo viví el diagnóstico de cáncer de canales galactóforos, por qué me enfermé y cómo sané.
Tenía 39 años, una pareja amorosa, un hijo de 19 años y una carrera que me encantaba a pesar de que llevaba algún tiempo luchando con estabilizar mi independencia profesional. Mi pareja demostraba su amor, hablando de lo mucho que le gustaría tener un hijo conmigo, imaginaba lo que harían, el nombre que le colocaría y muchos de detalles de lo que sería tenerlo en nuestra vida. Yo por mi parte tenía serias dudas, aportas de los 40 años me cuestionaba por la salud del bebé, la mía, el futuro, me costaba imaginarme de 55 años con un hijo de 15 y otro de 35!, sin embargo, abrí mi mente y corazón, comencé a desearlo, logré construir una visión de nuestra futura familia y me sentí feliz. Justo en ese momento, mi pareja dejó de hablar de nuestro “hijo”, se dedicó de lleno a su trabajo, a lidiar con los viajes, proyectos y proveedores, a tener otras metas, otros deseos y el “bebé” dejó de estar presente. Yo comencé a sentirme decepcionada, triste y sola, pero no dije ni hice nada.
Algunos meses después comencé a angustiarme mucho, a perder el sueño y a tener vergüenza, cuando teníamos relaciones intimas de mi pecho izquierdo salía un líquido marrón bastante desagradable, además había sangrado vaginal intenso. No sabía que sucedía. Al principio opté por esperar a ver si pasaba solo, pero pronto entendí que debía buscar ayuda, consulté al ginecólogo y luego a un mastólogo, me hicieron algunos exámenes y una mamografía, mientras los resultados salían pasé muchas noches en vela, llorando de pensar que tuviera cáncer. El resultado fue pólipo cervical y dilatación de los canales galactóforos, no era cáncer aún, pero debían extirpar esos conductos mamarios pues se podía palpar un pequeño tumor debajo del pezón. Esos canales son como una flor por donde sale la leche materna, se habían agrandado y lo mejor era retirarlos todos.
Una vez recibido el diágnóstico de cáncer de canales galactóforos y decidida la solución, mi ansiedad bajó y el procedimiento se realizó ningún inconveniente, los canales galactóforos fueron retirados. En el control médico el mástologo me revisó, la herida fue pequeña menos de 4 cm alrededor del pezón, la patología reveló un tumor benigno, sin embargo había la posibilidad de que en el otro seno pasara lo mismo y por tanto debía estar en control año a año a través de una mamografía.
¿Qué pasó? ¿Por qué el médico en su primer control me dijo, te salvamos la vida?
A partir del diagnóstico me sentí segura, confiada. La vida volvió a su normalidad, no volví a desear ser madre nuevamente a pesar de que mi pareja, un par de años después, comenzó a insistir de nuevo en ser padres, ya había pasado los 42 años, por tanto mis metas y proyectos eran distintos. Años después estudiando Decodificación de síntomas y dolencias comprendería el origen y solución de mi enfermedad.
¿Qué conflicto emocional programó el cáncer de canales galactóforos?
Recordemos que al principio de la historia dije que mi pareja al desear ser padre comenzó a crear un hogar imaginario para el nuevo bebé, yo tuve un proceso en el cuál dejé mis miedos, e hice mio ese sueño abriéndome a la posibilidad de ser madre nuevamente, esta vez con unas condiciones emocionales ideales pues mi hijo de 19 años, no había sido planeado y yo había enfrentado difícil el reto de ser madre soltera, por ello, la desilusión del “bebe deseado y perdido”, mi reacción de silencio, mi falta de comunicación de esos deseos, me dejaron sin una solución adecuada y sostenible, mi cuerpo entonces reacciona creando la metáfora perfecta para que yo me diera cuenta de qué emociones debía gestionar. Inflama los conductos mamarios preparándolos para amamantar, crea entonces una “leche materna ficticia”, así como un “huevito” a la entrada del útero – el pólipo cervical – como indicación de que ese “bebé” en realidad nunca ocupó el nido -el útero- se quedó en la “entrada”, a todo esto en biodescodificación lo llamamos conflicto de nido más separación por falta de comunicación, nuestro cuerpo es perfecto y la biología es sabia.
Decodificado el padecimiento, ¿Cuál es la solución?
De haberlo sabido en ese momento quizás me habría evitado pasar por el quirófano y tantas noches de sufrimiento nocturno. Nuestro cerebro no puede controlar las condiciones externas pero si maneja con absoluta precisión y sabiduría nuestro cuerpo, ante el estrés prioriza nuestra sobre vivencia siempre.
Cuando estamos ante un conflicto emocional nos distraemos, perdemos el estado de alerta por ello el cerebro disparará un programa especial para bajar el estrés llamado “enfermedad”. ¿Cuál enfermedad, síntoma o dolencia programa? Depende, ¿De qué?, del tipo de conflicto, del tipo de emociones que experimentes, de tu forma de percibir el mundo, a eso se le llama biologizar el conflicto. Los síntomas siempre serán una metáfora perfecta para que veas el problema que enfrentas, una ves lo haces el cuerpo entiende que no tiene que seguir enviándote el mensaje a través de la enfermedad y ¡sanas! Es decir, “desprogramas”.
Tomando mi historia, si hubiera:
- Hablado con mi pareja de manera franca y abierta sobre mis sentimientos, emociones y deseos. Además preguntando por qué su silencio, por qué su cambio de intensión (Que por lo visto era solo temporal y yo la asumí permanente) No se habría programado mi enfermedad.
- Reflexionado sobre el mensaje de mis síntomas, haciéndome preguntas como:
- ¿Por qué mi seno izquierdo esta afectado?
- ¿Para qué sirven los senos?
- ¿Qué sucede cuando se tienen relaciones intimas?
- ¿Qué no me permite hacer mi síntoma?
- ¿Qué emociones estoy experimentando? ¿En que momento?
- ¿Qué para que sirve sangrar por la vagina?
- ¿Cuál es el objetivo del líquido que sale por el seno?
- ¿Qué me quiere decir mi cuerpo?
- ¿Qué emociones tengo atrapadas?
- ¿Qué es lo que deseo hacer que no he podido concretar?
- Consultado con un decodificador de síntomas o dolencias, hablado con alguien experto en entender losmensajes del cuerpo.
Hoy sé que todo aquello que es sorpresivo, se vive dramáticamente, en soledad y no se le halla la solución adecuada y sostenible, se convierte en una dolencia o enfermedad, por eso a aquellas mujeres u hombres que están pasando por circunstancias similares les invito a que reflexionen, nuestro cuerpo esta hecho tan sabiamente que le es posible sanarse, seguro necesitamos de alguien que nos guie, que nos entienda que nos escuche pero se puede!
La dilatación de conductos mamarios no afectó mi seno derecho porque dejé de desear ser madre y ello no afectó mi relación de pareja, es decir, el estrés o conflicto emocional se eliminó.
Esto lo escribo con el absoluto interés de aportar un granito de arena a la sanación de aquellas mujeres que hoy están pasando por cáncer de canales galactóforos, aquellas que están enfrentando un diagnóstico que les ha robado la paz y el sueño, aún cuando la enfermedad no sea esta misma, pero si el padecimiento. También para aquellos hombres que más anónimos aún, sufren en silencio un tormento que dicen no pertenece a su “género”.