Tendríamos que atrevernos a pasar al mundo de los sentidos, porque son más reales.

Hagamos el ejercicio: ¿Qué estas sintiendo? Obligate a escanearte de arriba a abajo, de un lado al otro. ¿Hay algún cosquilleo, presión, calor, frio, dolor o incomodidad? ¿Tal vez una sensación agradable? De pronto puedas identificar una emoción: alegría, nostalgia, rabia, ansiedad, interés o esperanza. ¿Dónde habitan? Podría ser en el estómago, en tu garganta, en la espalda o en el centro del pecho. ¿Alguno de tus chakras palpita?

Eso me pasa a mí ahora, con este vibrar incesante de mi Chakra Corazón. Ya lo conozco, me visita con frecuencia, habla de mi conexión con el universo, con el amor, es la expectación que se agita en mí. Me invita a estar alerta, a identificar las señales del universo, esas que son el alimento de la intuición.

He encontrado que si reconoces tus chakras, si creas hábitos como la meditación o el yoga para conocerlos, experimentarlos, son una conexión perfecta a el aquí y el ahora, porque además te hablan, te dan mensajes. Por ejemplo, cuando el chakra plexo solar te pulsa, es tu poder personal el que te hace un llamado. Pregúntate si debes trabajar en tu voluntad, si estas por tomar una decisión, si es tu fuego interior el que arde o si debes establecer limites con algo o alguien. Esforzarte por entender lo que tu cuerpo dice, es abrir el camino a tu conocimiento interior.